A menudo surgen diferencias entre padres y albuelos por la educación de los nietos. Los primeros no siempre están de acuerdo en cómo tratan los abuelos a sus hijos y éstos no aprueban la forma en que sus hijos educan a sus nietos.

Es frecuente que los abuelos pretendan ejercer de padres en vez de abuelos, saltando por encima de los padres, pero también es muy habitual que los hijos abusen de los abuelos y los cargen excesivamente con la responsabilidad de ocuparse de sus nietos. Es importante diferenciar el rol de cada uno.

La figura de los abuelos canguro está claramente en alza, en cuanto que cada vez se está dando más, ya que la gente mayor goza de mejor salud y la incorporación de la mujer al mundo laboral de éxito es ya una realidad. En muchos casos se produce un abuso por parte de los hijos cargando a los abuelos con una responsabilidad que no tienen por qué asumir. Otra cosa es que se produzcan situaciones de necesidad absoluta: los abuelos son abuelos, pero no padres. Sólo deben actuar como tales cuando los padres no puedan hacerlo.

La figura de los abuelos debe aportar a los niños o debería aportar cariño, cultura familiar, amor a las tradiciones, raíces familiares, experiencia, ternura.... Los abuelos deberían ser un complemento de los padres en la educación de los niños.

Los abuelos, por naturaleza, están para consentir, precisamente porque son abuelos y no son padres. Los abuelos no tienen que educar a los nietos. Ésta es una responsabilidad de los padres.

Algunas veces los hijos se olvidan de que sus padres han pasado por todas las situaciones que ellos están viviendo. Aunque los tiempos cambien, hay constantes en la educación que se repiten generación tras generación. Los abuelos significan la continuidad de las tradiciones familiares, incluso de los valores morales y religiosos. Son una figura que complementa a los padres en la educación y cierra el círculo familiar. Son transmisores de la memoria o la historia y valoran en todo su contenido la familia como institución.

La relación entre abuelos y nietos es mucho menos conflictiva que la de padres e hijos, y está llena de ternura. Los abuelos vuelven a su infancia con sus nietos, juegan con éstos y reviven recuerdos felices, se sienten útiles... Los nietos se sienten queridos incondicionalemente, lo cual puede ser muy bueno para su autoestima. Dejemos que los niños y los abuelos disfruten de sus vievencias juntos, pero no les cargemos con el peso de educar a nuestros hijos como nosotros queremos, eso es parte del trabajo de ser padres.